El diafragma es un músculo que, al igual que el corazón, está siempre en movimiento. No es casualidad que a menudo se le llame el segundo corazón. Y también es un músculo “muy cargado emocionalmente”.

Teniendo en cuenta el peso “concreto” y el valor “inmaterial” que tienen las fases individuales de la respiración en Ashtanga, me hace pensar que el diafragma es un músculo básico para la práctica de esta disciplina.
Pero el diafragma es también el músculo más “maltratado” y, a menudo, “abusado” de nuestro cuerpo. La respiración corta, apresurada o excesivamente alta, apical (con poca implicación del diafragma), la tendencia a las apneas inconscientes y el desequilibrio volumétrico entre la inspiración y la espiración (siendo la fase de expulsión más larga que la admisión del aire en los pulmones, o viceversa), la reducción de la capacidad pulmonar puntualmente disponible por el bajo caudal inspiratorio, se encuentran entre los principales defectos respiratorios que podemos sufrir. Como resultado, a veces nos encontramos con el diafragma infrautilizado o rígido, contraído, bloqueado por tensiones musculares a menudo relacionadas con otras tantas tensiones emocionales, ansiedad y estrés. Uno de los muchos efectos del llamado desgaste de la vida moderna.
De hecho, aprender a respirar correctamente y a mantener un ritmo constante es uno de los pilares fundamentales para progresar en la práctica de Ashtanga. Y es uno de los aspectos más difíciles a dominar, como demuestra por ejemplo la dificultad para mantener la sincronía cuando tenemos que ceder literalmente la cadencia de nuestra respiración a quien nos está dirigiendo durante las prácticas guiadas.
Básicamente es como si toda la secuencia no fuera más que un larguísimo ejercicio de respiración controlada. Y a veces llegamos al extremo, casi absurdo, de que es más difícil mantener un ritmo constante y regular de respiración que entrar incluso en posiciones extremadamente complejas.
Así que creo que no me equivoco al decir que el diafragma es el músculo “rey” de la práctica de Ashtanga, y que debe ser entrenado al igual y quizá más que los demás músculos del cuerpo. Siempre teniendo la precaución de recordar que el entrenamiento del diafragma involucra directamente al sistema nervioso y al aparato emocional.
(Publicado originalmente en inglés por @medyslex en este post de Instagram)