Hoy en día hay muchísimos estilos de yoga físico, diferentes maneras de realizar posturas, de enlazarlas, con tantos nombres diferentes más o menos “exóticos” o llamativos.
Esto ocurre en parte porque el Yoga es una filosofía y un estilo de vida “experiencial”, cada uno lo experimenta, lo pone en prácticas, según su interés, sus metas u objetivos, lo que ha entendido, lo que ha practicado o porque sabe vender bien su marca y navegar las modas.
No me interesa opinar sobre esta realidad: el Yoga es algo dinámico, siempre será el producto de la cultura de sus tiempos y de sus seguidores. Por eso ha sobrevivido por más de dos milenios.
Aunque esté en auge en los gimnasios, los fans del fitness no han podido despojarlo de su esencia y su herencia filosófica queda viva. El Yoga sigue siendo una herramienta útil para distintas personalidades.
Se siguen estudiando y practicando las diferentes sendas, como por ejemplo el estudio y práctica de mantras y cantos que responde a las necesidades espirituales de personalidades más devocionales o emocionales. Otra senda, el Karma Yoga, que se enfoca más en la acción y su valor y calidades, y es el más apto para personas con una mente muy agitada. El Jñana Yoga se enfoca en el estudio y es más interesante para los amantes de los libros y así siguiendo.
Todas estas sendas tienen en común las bases filosóficas, que cada una luego expresa con herramientas diferentes.
¿Cómo se inserta el “yogasana”, neologismo que describe la sola práctica de posturas físicas, en ese panorama?
Hablamos del Ashtanga Yoga que es lo que más conocemos. Es un estilo que, no obstante sea muy moderno, sienta sus bases en aspectos más antiguos de la filosofía del yoga, anteriores a la influencia de las filosofías Tántricas de la edad media que han ido enfatizando el aspecto físico.
Vamos a leer estos aspectos, reflejados en un texto escrito antes del año cero, y encontramos el concepto de que el yoga tiene que ser una práctica diaria.
Fuente: los Yoga Sutras de Patanjali.
- Sutra 1-12 : el estado de Yoga se consigue gracias al equilibrio entre la práctica asidua y constante (Abhyasa) y el desapego.
- Sutra 1-13 : la práctica constante (Abhyasa) consiste en el establecerse en el esfuerzo.
- Sutra 1-14: el éxito se consigue gracias a una práctica continuada, asidua, constante en el tiempo, con ganas y con la fe necesaria a vencer los obstáculos que se nos presentan por delante.
Estos conceptos están clarísimos, no necesitan comentario alguno: toda práctica se basa en su repetición.
Practiques el yoga que practiques, recuerda que la regularidad es de suma importancia porque es lo que finalmente te dará los beneficios, y no tiene nada que ver con el número de asanas que realices.
Cualquier acción, cuando se repite una y otra vez, acaba con el fluir incesante de los pensamientos concentrados hacia un hipotético resultado en un futuro, llevándonos de nuevo hacia lo interior porque la mente se sumerge en sí misma y en sí se concentra, en lugar de dejarse seducir por lo exterior.
Pero estamos tan apegados a las novedades y a la variedad porque eso nos permite evitar entrar en contacto con nosotros mismos y con el trabajo que tenemos allí pendiente por hacer cuando tenemos este contacto.
Con una repetición útil, mirada, puedes retener el tiempo para estar en el momento presente y contigo mismo. Tu práctica de cada día te muestra, o te enseña, una diferente faceta de ti porque la repetición consciente es una herramienta muy simple y a la vez muy potente para alimentar tu consciencia.
Y es exactamente lo que nos enseña el Ashtanga Yoga: el poder de la repetición, porque en la repetición está la enseñanza.
Por mi parte, me encanta enseñar Ashtanga Yoga, me encanta ser testigo de los efectos que esta práctica tiene en los alumnos a largo y corto plazo.
La constancia en la práctica de las posturas va cambiando el cuerpo que a su vez, va a influir a nivel sutil, en tu mente, en la confianza que tienes en ti mismo y en tus acciones, y finalmente, cambian los resultados finales. Hay algo muy potente en esta práctica, algo inexplicable ocurre cuando la practicamos con constancia, regularidad y pasión.
Cual que sea la transformación, la práctica de Ashtanga es el vehículo de este cambio.
Hari Om Tat Sat 🙏