Es una pregunta común, que tiene una respuesta simple: no.
La práctica de Ashtanga es desafiante, a menudo incómoda y molesta, pero nunca debería causar dolor.
Si hay dolor durante una postura, es porque o la estás ejecutando mal o porque tu cuerpo aún no está preparado para ella. Es importante en este momento comunicar a tu profesor lo que estás experimentando y dejarte aconsejar si es el caso de evitar la postura o modificarla o utilizar unos soportes para hacerla más accesible y evitar llegar a sentir dolor.
Si el profesor te aconseja de no hacerla, escúchale, porque el dolor es el medio de comunicación que tiene tu cuerpo para pedirte un descanso. No hay forma de que la postura mejore si simplemente aprietas los dientes y continúas. Esto no es dedicación, es violencia contra uno mismo.
Otra cosa es la incomodidad que requiere perseverancia. Sin embargo, si somos realmente honestos con nosotros mismos, creo que podemos diferenciar entre la incomodidad y el dolor. La prueba más fácil y pragmática es reconocer si hacer la postura te causa un dolor que queda presente por el resto del día. Obviamente, nunca debería ser así, sin embargo, a menudo lo es.
Entonces, ¿cuál es la solución? Yo aconsejo a mis alumnos de no dejar de practicar en el momento en que aparece una molestia o una lesión, sino incorporar y observar esta nueva situación en tu día a día, no solamente durante la práctica.
Efectivamente, las cosas cambian y se desarrollan con nosotros. La postura no necesariamente siempre te causará dolor para siempre sólo porque lo hace ahora. Sin embargo, algo tiene que cambiar.
Esto involucra dos principios conectados: darle un descanso a algo y hacer algo diferente. Esto significa hacer algo que te haga sentir cómodo en lugar de lo que te causa dolor.
Nada se perderá si dejas de hacer la postura completa que te está haciendo daño por un tiempo. Todo lo contrario. Desarrollarás una nueva perspectiva al cambiarla y separarte de los viejos patrones.
Porque, si tienes dolor ahora, tendrás dolor (y probablemente más) más adelante. El dolor siempre es una señal para encontrar una nueva dirección, no un adversario al que conquistar. No funciona de esa manera. Mantener una práctica de asanas no es todo un baño de burbujas y velas perfumadas, pero nunca debería causarte un dolor constante. Sólo funciona para el futuro si también se siente bien en el presente.