~ Swami Niranjanananda Saraswati ~
Hay un adagio de las Escrituras que dice que sin conocimientos de literatura, música, artes y ciencias, una persona es como un animal sin cola. El conocimiento de la literatura ayuda a abrir el intelecto, el conocimiento de la música ayuda a abrir el corazón y el conocimiento de las artes ayuda a mejorar el carácter y el comportamiento. Estas son las tres áreas en las que debemos enfocarnos para convertirnos en buenos seres humanos.

Uno no debe intentar convertirse en un ser perfecto, porque es solo por casualidad que alguien nace perfecto, pero definitivamente podemos intentar convertirnos en seres buenos. Conectarse con la bondad de la vida es la culminación del esfuerzo humano. Cuando nos conectamos con lo positivo, lo edificante y lo inspirador, nos conectamos con la alegría, la dicha y la paz.
En última instancia, nosotros mismos somos responsables de nuestra propia felicidad. Nadie más puede darnos felicidad. Para alcanzar la felicidad, debemos trabajar a nivel de cabeza, corazón y manos: intelecto, sentimientos y desempeño. El conocimiento es la cualidad de la cabeza. La suavidad de los sentimientos y emociones, la compasión, es la cualidad del corazón. El comportamiento y el desempeño apropiados de acuerdo con la situación y las circunstancias, es la expresión del carácter y el comportamiento humanos. El logro de estos tres aspectos hace que una persona sea feliz, sana y sabia. Así que durante el próximo año nuevo es importante que sepamos que somos responsables de nuestra propia felicidad.
Cuando somos jóvenes, sentimos que el mundo es nuestro y podemos hacer todo lo que queramos. A medida que envejecemos, ganamos en madurez, sentido común y fuerza, y uno debe usar estas fortalezas para hacer lo que pueda para mejorar la vida y el entorno.
El dolor es parte de la vida, pero ser esclavo del dolor no es parte de la vida. Cuando somos esclavos de nuestro sufrimiento, nos identificamos con la debilidad y la limitación, con las palabras ‘no puedo’, pero cuando nos identificamos con la fuerza, con las palabras ‘yo puedo’, entonces la bondad, la sabiduría y la fuerza de voluntad se combinan para hacerse predominantes; en cambio, en el dolor, el yo infértil se vuelve predominante.
Entonces, la aspiración para el Año Nuevo debe ser una determinación para expandir los horizontes del intelecto, las emociones y el desempeño.
Con buenos deseos, oms y prem,
Swami Niranjanananda