Hace unos días tuvimos la oportunidad de tener una pequeña charla con Edwin Solache, nuestro profesor de Lu-Jong (puedes ver el horario de sus clases aquí). El resultado fue tan sugestivo que nos pareció interesante transformarlo en una breve entrevista…
… pero antes dejemos que se presente él mismo en este vídeo.
Y ahora pasamos a la entrevista en sí, caracterizada por el lenguaje fresco y desenfadado que tanto apreciamos en Edwin.
1) ¿Cómo has conocido el LuJong?
Hace unos cuatro años, en un retiro con Tulku Lobsang, “Valor y compasión” era el título.
El LuJong no era parte oficial del retiro, sino una actividad voluntaria por las mañanas antes de las actividades programadas, y yo estando ahí dije “pa’dormir más rato me hubiera quedado en casa”. Así que cada una de las mañanas del retiro me levanté para practicar y me di cuenta que después me era mucho más fácil entrar y permanecer en las meditaciones.
Al volver a Barcelona decidí continuar practicando los movimientos que había aprendido y al cabo de un mes de práctica diaria me di cuenta de que estaba mucho más energético, más ágil (no solo corporalmente, también sentía la mente más aguda), y me sentía a la vez más estable y flexible. Lo que me impulsó a seguir practicando.
2) ¿Qué es lo que más ha llamado tu atención del Yoga Tibetano?
Que aún siendo los ejercicios muy simples son sin duda, al menos en mi experiencia, muy eficaces.
Yo estaba acostumbrado a ser muy riguroso con mi cuerpo en cuestión de entrenamientos y prácticas físicas, en mi vida he hecho muchos deportes diferentes, entre ellos varias artes marciales y circo, disciplinas en las que una mal entendida disciplina me llevó a lastimarme y maltratar mi cuerpo continuamente.
Curioso, pero no fue hasta que comencé con el LuJong que por ejemplo conseguí, sin siquiera prestar atención a ello, la flexibilidad y elasticidad físicas que antes perseguí sin conseguirlas. Me di cuenta de que, aunque siempre estuve en contacto directo con mi cuerpo, no fue hasta que empecé con el LuJong que la relación ha sido desde la escucha y no desde la exigencia, y así con muchas cosas en mi vida.
3) ¿Cuáles son sus características principales?
Primero, su simplicidad de movimientos. Tulku Lobsang Rimpoche en su infinita generosidad ha compilado estos movimientos de entre cientos, tras observar la necesidad que los cuerpos modernos occidentales tenían de ello.
No hace uso de posturas difíciles (torsiones o invertidas), con lo que no se pone el foco en “ir más allá” en las posturas, en que se vea bien o más difícil (como a veces se hace erróneamente en otros estilos de yoga cuando se está mal dirigido).
Son 21 movimientos sencillos, realizables por cualquier persona, incluso por aquellas con posibles limitaciones de movilidad.
No olvidemos que tiene sus bases en la medicina y astrología tántricas tibetanas y de ahí su efectividad: trabaja con el cuerpo físico influyendo directamente en el cuerpo energético.
El budismo tántrico usa el cuerpo como vehículo de transformación, así que lo que hace es purificar, transformar nuestros elementos corporales mediante la alquimia de la bioenergía en una versión más equilibrada de nosotros mismos, permitiéndonos gozar de un cuerpo más fuerte, inmunológicamente más resistente y una mente más calma y relajada, condiciones ambas para experimentar el cuerpo de gozo (preliminar a la Iluminación según el budismo).
4) ¿Por qué y a quién aconsejarías su práctica?
¡A todo dios! ¡Jajaja! ya en serio, a todos y todas. El objetivo del budismo es deshacernos del sufrimiento (causa y resultado de los continuos renacimientos), y acceder a la felicidad.
Así que no se lo recomiendo a quien quiera seguir sufriendo; al resto de personas las invito a que lo prueben ya que este método físico tiene su meta en alcanzar el cuerpo de gozo, preámbulo a la iluminación, trayendo beneficios en este plano terrenal como la estabilidad emocional, mental y la salud física.
Gracias Edwin, por tus palabras claras y sugestivas. ¡Nos vemos en la colchoneta!