Anualmente se celebra el festival de Ganesha, llamado Ganesha Chaturthi que conmemora su cumpleaños. La celebración está atada al calendario lunar. Se desarrolla a lo largo de diez días entre agosto o septiembre. El festival incluye expresiones públicas y privadas de la devoción a Ganesha.
El Festival de Ganesh Chaturthi se celebra a lo largo de 10 días que se convierten en unas jornadas muy especiales. Se celebra tanto en casa como en lugares públicos. Durante el Ganesha Chaturthi, se preparan altares con imágenes de arcilla en los hogares y los espacios públicos; se realizan conciertos, obras teatrales y actividades de servicio a la comunidad. Se suceden las ofrendas, los baños purificadores, la visita a los templos y también las cenizas de colores, que dotan a los festivales hindús de su particular colorido. La jornada más importante del festival es la que se celebra el décimo día, día de la procesión.
El día de la procesión, Ganesh va acompañado de sus seguidores en un ritual festivo y religioso que incluye danzas y música con tambores y cantos.
La fiesta se acaba cuando la estatua del dios se sumerge en las aguas de un río o del mar. Así se despide a Ganesh, que se lleva consigo la mala suerte hasta el próximo año. Las imágenes se llevan en procesión a una fuente de agua donde se hace un ritual de inmersión, tras el cual las imágenes de arcilla se diluyen. Esta ceremonia final se llama Ganesha Visarjan.
La creencia dice que, durante su festival, Ganesha nos da la fuerza para superar los obstáculos en nuestras vidas y nos hace más fuertes.
Historia de Ganesha.
Como siempre, hay muchísimos relatos diferentes sobre su historia y sus actos. Conocido también como Ganesh, Ganapati y Vinayaka, es un dios hindú con cabeza de elefante y cuerpo humano, hijo de Shiva y Parvati. En realidad, es un niño.
Mientras Shiva pasaba una temporada de meditación en el bosque, Parvati se sintió sola y deseó tener un hijo obediente a ella. Entonces, Parvati creó a Ganesha, y le ordenó protegerla de intrusiones mientras tomaba baño.
Cuando Shiva regresó, Ganesha le impidió la entrada. Ignorante de quién se trataba, Shiva inició un combate y le cortó la cabeza. Parvati le explicó que aquel era su hijo y solo cumplía órdenes de protegerla.
Al darse cuenta del mortal equívoco, Shiva lloró amargamente. Como nada calmaba el sufrimiento de Parvati, Shiva mandó a buscar una cabeza para revivir a su hijo, y la primera encontrada fue una cabeza de elefante.
Antes de resucitarlo, Parvati les pidió a los dioses que le concedieran sus dones a su hijo. Su petición fue escuchada. Y así, Ganesha recibió los dones de todos los dioses, como la sabiduría de Sarasvati y la abundancia de Laksmí. Por su parte, Parvati le dio un lazo sagrado y Shiva le dio el señorío de los Ganas, de donde deriva su nombre.
Es el dios de la sabiduría, la inteligencia, la prudencia, la abundancia, la política y los nuevos comienzos. Señor de los buenos inicios y de las transiciones, es el guardián del umbral y libera el devoto de los obstáculos del camino.
A Ganesha se le atribuye la capacidad de liberar el camino de obstáculos y dar buena fortuna y prosperidad a quien obra bien. Por eso, todos los ritos y ceremonias hindúes, así como las negociaciones o acontecimientos significativos, inician convocando su bendición. Asimismo, en todos los Templos de la India se coloca una imagen de Ganesha a la puerta como guardián del recinto y protector de los fieles.